Al momento de elegir un crédito, debes entender perfectamente bien que existen dos tipos de tasa de interés, la fija y la variable. Si no conoces muy bien sobre estas dos, no te preocupes; aquí veremos qué son cada una de ellas y qué diferencias tienen.
Cuando llegas a una entidad bancaria para solicitar un crédito, te van a preguntar qué tipo de interés deseas: si una tasa de interés fija o una tasa de interés variable. Sin embargo, antes de ver a qué se refieren cada una de estas, veamos primero dos conceptos importantes: qué es un crédito y qué son las tasas de intereses.
¿Qué es un crédito?
Un crédito, no es más que una operación financiera en donde una entidad bancaria; el cual hace papel de acreedor, realiza un préstamo por una determinada cantidad de dinero a una persona, el cual hace papel de deudor.
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El deudor, se compromete a pagar la cantidad pedida (incluyendo un porcentaje de interés, el cual el banco cobra como pago por el préstamo); en un tiempo establecido, de acuerdo a las condiciones de dicho préstamos.
¿Qué es la tasa de interés?
La tasa de interés, representa ese porcentaje que la entidad financiera cobra sobre el dinero que pides prestado; es decir, es el precio por el préstamo. Ese interés, se calcula dependiendo de la cantidad de dinero que solicites. Ahora, ¿qué es la tasa de interés fija y variable?
La tasa de interés fija, es aquella que se establece en el momento en que adquieres tu crédito; esta, se mantiene constante durante todo el tiempo que dure esa deuda, ni un poco más ni un poco menos.
Un ejemplo de esto es: Cuando una persona adquiere un préstamo para comprar un vehículo, esta persona, acuerda con la entidad bancaria pagar una tasa fija del diez por ciento durante diez años. Por tanto, durante todo ese tiempo, esa tasa de interés será siempre la misma.
Ahora bien, la tasa de interés variable, es aquella que está sujeta cambios de acuerdo dependiendo de ciertas condiciones; las cuales, están definidas por el sector financiero, ya sea por algún medio basado en los bancos principales o la inflación.
Continuando con el ejemplo anterior, cuando la persona accede a una tasa de interés variable; el banco disminuirá o aumentará la tasa de interés, durante el tiempo que dure esa deuda.
Por supuesto, esto no quiere decir que la deuda presentará cambios mes tras mes; esta va a ser incrementada o disminuida, dependiendo de varios factores como ya se mencionó. Aquí es donde radica la principal diferencia de estos dos tipos de interés.
¿Cuál es mejor, la tasa de interés fija a variable?
Para poder dar respuesta a esta pregunta, es bueno ver que opinan los expertos en este tema; los cuales afirman que si las tasas de intereses están en alta, se espera que estas bajen. Es ahí cuando se deberían de tomar las tasas de interés variables.
Por el contrario, los expertos afirman que si se espera que suba y están bajas, pues entonces se deberían de elegir tasas de intereses fijas.
Sin embargo, esto tampoco es muy sencillo de evaluar; ya que, como bien sabes, el mundo financiero está en constante cambio, y no existe una fórmula o un método en el cual podemos ver qué pasará en el futuro. Por tanto, tomar una tasa de interés variable al momento de adquirir un préstamo, puede ser un poco riesgoso.
Imagina por un momento que accedes a tomar un crédito el cual incluye una tasa de interés variable, durante quince años. Es muy difícil e incluso imposible que logres saber durante ese tiempo, cuál será el futuro del mercado.
Por tanto, si la tasa sube, tu deuda también se incrementa. En cambio, si eliges una tasa fija, no importa los cambias que tenga el sistema financiero, tu cuota no cambiará.
Te darás cuenta que de esta forma tienes un mayor control sobre tus finanzas, podrás establecer de mejor forma tus presupuestos; y además, lograrás con mayor seguridad tus metas financieras a corto, mediano y largo plazo.
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